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Cronica de un día en Kabul

27/02/2012

La Ruta de KabulUna gloriosa mañana de sábado nos dispusimos a iniciar nuestra propia batalla por Kabul, todo estaba dispuesto y bien pertrechados formamos lo que sería TITAN-6. Una de las escuadras del ejercito ONU en la toma de esta Ciudad. Eramos siete miembros de TITAN-6: tres operadores de un club de Córdoba, un operador independiente (también de Córdoba) y nuestros tres efectivos de SGC-Madrid.

Asegurar el hospital

Nada más entrar en el campo de batalla ya teníamos nuestra primera misión: formar un perímetro defensivo mientras otros TITAN tomaban el Hospital de la ciudad. Estábamos dispuestos a comernos el mundo y a cada vistazo de un posible objetivo casi nos lanzábamos sobre él.  Menos mal que el mando nos retenía pues los civiles empezaban a acercarse curiosos a ese lado de la ciudad.

Escoltar el convoy

Cuando el Hospital fue tomado el vehículo con la artillería tenía que avanzar y fuimos nosotros los encargados de su escolta….. nuestro bautismo de fuego. Todo iba bien hasta que un grupo de civiles nos cortó el paso en el primer cruce, mal lugar para pararse.

El mando nos había informado de que nuestra inteligencia sabía de la existencia de células extremistas cuyos miembros  no dudarían en inmolarse cerca de nosotros con tal de impedir nuestra entrada en la ciudad… por eso las alertas se encendieron cuando vimos acercase a esos tres civiles. Les dimos el alto e intentamos cachearles antes de retirarles del camino, pero no fue fácil porque opusieron enconada resistencia a nuestros avisos y gestos.

De pronto una explosión cerca del vehículo nos puso en tensión, varios TITAN estaban siendo atacados y un tirador empezó a batir nuestra posición desde el Restaurante, estábamos bloqueados. No había tiempo de cubrirse, había que actuar rápido. El vehículo podría aguantar un rato al tirador pero nosotros no, por lo que el mando de TITAN-6 ordenó cargar contra el edificio.

Llegamos a la base del edificio tras una carrera bajo el fuego enemigo por la calle principal. Menos mal que teníamos cobertura de otros compañeros, sino hubiera sido una carnicería. Cuando llegamos al edificio varios operadores de TITAN-6 estábamos listos para subir por la escalera y dar caza al tirador, sin miedo nos lanzamos a ello y en lo que dura un respiro, el tirador era nuestro prisionero. Aseguramos la azotea, pues era un punto clave. Y aunque recibíamos fuego intenso no podíamos responder como queríamos, no teníamos suministros, en cualquier caso apoyamos a nuestros amigos aunque fuera con información.

Desde la azotea vimos como los petardos de la aviación habían dejado caer nuestras reservas de munición cerca de nuestra posición, justo entre nosotros y el enemigo, sin esas municiones no eramos nadie por lo que el mando destinó a varios equipos TITAN a recuperar el paquete mientras nosotros aguantábamos la posición.

Era duro no poder atizar al enemigo como queríamos… estábamos cortos de bolas y ellos lo sabían.

Al final, entre todos los TITAN habíamos conseguido hacer retroceder al enemigo, alejar a los civiles de nuestro camino y recuperar una parte de las provisiones (luego nos enteramos que otra parte de las misma se había dispersado mas aún).

Una vez curados nuestros heridos, y sin posibilidad de recuperar a nuestros compañeros capturados, nos encaminamos a lo que sería nuestra base temporal. Durante el camino nos volvieron a asaltar las hordas de los Talibanes, incluso desde la azotea que habíamos liampiado minutos antes. No había un momento de paz.

Nosotros nos quedamos rezagados cubriendo al resto y nuestro sanitario tuvo que empezar a ganarse el sueldo (como muy bien haría a lo largo de toda la jornada). Tres bajas en dos lados de la carretera, unos tímidos parapetos, muy rezagados de nuestro grueso de tropas y el enemigo en una posición elevada; esa era nuestra precaria situación. Nuestro sanitario hacía horas extras corriendo de un lado para otro, nosotros intentamos darle cobertura pero era complejo mantener una cadencia de fuego con tal cantidad de enemigos. Al final tras cinco minutos de duro combate logramos replegarnos a nuestra nueva base sufriendo no pocas bajas.

Defender el perímetro de la base

En la base no era mejor nuestra situación, ni 5 minutos de descanso nos dieron pues nada más llegar ya nos reclamaron para formar un nuevo perímetro en torno a nuestra base…. camino arriba, camino abajo, de patrulla por el bosque. Al menos pudimos hacer algún estrago en el enemigo que intentaba tomar el pulso a nuestra base.

Tras limpiar la zona de enemigos y asegurarla para poder disponer de una base de operaciones móvil por fin teníamos una verdadera misión ofensiva, debíamos acudir en apoyo de los otros TITAN y tomar Old-City.

Primer objetivo en Old-city

Cuando llegamos a la ciudad vimos como varios equipos TITAN acosaban la ciudad, mientras nosotros nos buscamos un hueco por el que intentar entrar en la ciudad. Nos parapetamos y por un lateral nos colamos  hasta la plaza central de la ciudad para descubrir que en una de las casas había una  de las cajas de munición que nuestros amigos de la fuerza aérea habían depositado con tanta precisión.

Camptura

Prestos a recuperar esa valiosa carga emprendimos, lo que a la postre sería recordado como «la gran carrera», la marcha con la caja a cuestas hasta la base donde pensamos que tendríamos la justa recompensa y el reconocimiento que nos merecíamos… pero no sería así pues otra misión nos aguardaba. Es dura la vida de un operador en Kabul.

Tomar el Palacio

La vida de un operador TITAN en Kabul no es fácil (ya lo hemos dicho) y nada mas llegar ya teníamos otra misión, tomar el palacio de Kabul. Trazamos el plan, nos rearmamos y aprovisionamos para volver a la acción, solo que ahora sería un poco mas sigilosa. Nos desplazamos junto con TITAN-5 por un lateral de la vieja ciudad hasta el palacio.

Estábamos tan cerca, casi podíamos ver como los civiles se movían dentro de la base, planeamos el acercamiento atravesando la gasolinera coordinando el movimiento con TITAN-5 para pillarles por dos lados… pero no fue posible.

Desde una de las casas y desde el otro lado de la ciudad unos tiradores detuvieron el avance de nuestra unidad. Tuvimos bajas e hicimos un parapeto para defendernos en un extremo de una plaza. Fue inútil, con el tiempo todo TITAN-6  quedó desecho y cuando llegamos al Palacio ya había sido tomado por nuestros compañeros.

Reponer fuerzas

Era mediodía y nuestras reservas de energías se hacían ya escasas por lo que usamos el Palacio como verdadera base y nos dispusimos en un rincón para descansar y comer.

El palacio tenía un jardín así que allí nos pudimos quitar los chalecos y degustar nuestra rica comida, ¿que tendría para nosotros el tío Sam?… al menos estaba caliente dijeron algunos, los complementos y galletas están ricos decían otros. El caso es que en un abrir y cerra de boca dimos buena cuenta de los bocadillos y las MRE.

Se estableció un polvorín en el Palacio en el que podíamos abastecernos de toda la munición que quisiéramos. Ahora los Talibanes no lo tendrían fácil… o eso pensábamos.

En busca de las llaves

La tan merecida paz no fue eterna y a TITAN-6 se le asigno una nueva misión, esta vez criptica. «En Old-City hay varias llaves caballeros», dijo nuestro mando, «Y las quiero todas» añadió y casi sin tiempo para descansar nos pusimos a peinar casa por casa Old-City siguiendo nuestras nuevas órdenes.

Empezando por un lateral del Hotel Kabul y hacia Old-City nuestro grupo se abría paso por las casas luchando con valor contra los insurgentes e intentando que la población local no sufriera daños. Fue duro y el resultado amargo pues no encontramos ninguna de las llaves, pero dejamos el camino libre al resto de los equipos TITAN para su búsqueda. Fuimos lo que en términos militares nos gusta llamar «Los patos de feria».

Asalto al fuerte Kabul

De nuevo en nuestra base y ya débiles por el cansancio de la jornada nos enteramos que se había dispuesto un ataque masivo contra el Fuerte de Kabul, ¡y no habían contado con TITAN-6!.  Sin aun poder creernos que nos dejaran fuera de tan magna misión decidimos mandar al cuerno nuestras ordenes y apoyar a nuestros compañeros de armas…. TITAN-6 entraría en el Fuerte como fuera.

El asalto fue duro, tuvimos muchas bajas pero al final entramos en el Fuerte con algunos operadores aún enteros y con ganas de decir «aquí estamos y venimos a daros en vuestra propia casa».

No recuerdo cuantas horas estuvimos en el fuerte, a mi se me hizo eterno. Sólo recuerdo que algunos de los civiles que habíamos visto a lo largo del día habían tomado las armas y ahora luchaban en nuestra contra. Es algo increíble como algunos no entienden lo que hacemos por ellos. Nosotros que veníamos a traerles las pizzas, la MTV y los coches tunning somos recompensado así;  desde luego no hay justicia en este mundo de locos.

Tomar y resistir en Old-City

El final del día se acercaba y el mando temía que los insurgentes hicieran una última carga contra nosotros por lo que ordeno un repliegue táctico hacia Old-City. En este movimiento teníamos nuestra parte de responsabilidad, nosotros debíamos adentrarnos por el flanco Izquierdo y asegurar una posición para el resto del ejercito.

TITAN-6 no defrauda y lo que nuestro líder pedía se cumplió. Con sigilo y astucia tomamos una de las casas de Old-City. Era perfecta: tenía vistas a la plaza central, varios accesos, cubríamos todo el flanco izquierdo y nos daba buena cobertura.

Ese sería nuestro Álamo particular, con todo lo que ellos conlleva… no sé que paso con el resto de los TITAN pero nosotros recibimos mucho fuego enemigo, intentaron volar el edificio varias veces (sin éxito por suerte) y hasta tuvimos que montar un hospital de campaña para atender a otros operadores. Nuestro sanitario se convirtió en objetivo prioritario de los insurgentes.

Pasaban los minutos y teníamos la sensación de estar solos en el combate pues el acoso se hizo cada vez más grande. Los insurgentes venían incluso desde donde tendrian que estar nuestros compañeros. Cuando nuestro sanitario cayó herido, tuvimos que pedir una evacuación de emergencia al alto mando, que por suerte aceptó, y mando unos helicópteros a sacarnos de ese infierno.

Desde el helicóptero podíamos ver la ciudad en llamas: con los estragos de las bombas y el humo saliendo de cada casa…. no se si llegamos a ganar o si valió la pena la lucha…. solo sé que por fin podríamos descansar.

Agradecimientos

Desde SGC-Madrid queremos agradecer a la organización que ha preparado la actividad con tanto esmero y dedicación, a todos los miembros del bando ONU con los que tan agradable ha sido jugar, a los Talibanes por su enconada y divertida actuación, y nuestros compañeros de TITÁN-6 sin los que esta partida no habría sido la misma.

También queremos agradecer a Yimi de los BCT el cedernos algunas de sus fotos para esta entrada.

5 comentarios

  1. Para variar, tampoco nos tocó nada en el sorteo: ni réplica, ni uniforme. Era lo de menos, con toda la diversión, nos íbamos a casa bien servidos de gratificaciones


  2. Buenoooos videos y cronica, del ultimo video, el cuarto, del minuto 11 soy gabi el que va con los tejanos azules y camiseta marron clara y me acuerdo de la conversacion que tuvimos y era porque al principio estas con el pañuelo en la mano eliminado y luego te pones a cargar la granada como se ve en el video, de ahi cuando yo avanzo hacia a ti y no tienes el pañuelo a la vista y te vuelvo a eliminar sin querer con un tiro solo,jajaja. lo siento,jajajajaj Muy buen equipo, serio y respetable, ha sio un placer jugar con ustedes y espero veros a la proxima….


    • Perdon quinto video….


    • Tampoco creas que le di más importancia, fue un lance del juego como otro más. Al menos apuntaste bien… En otras partidas la gente va mucho más nerviosa y en seguida te cosen el cuerpo con una ráfaga, estés eliminado o no. Por suerte en la partida había muchos jugadores serios y conscientes de lo que empuñaban. Si no nos quedara tan lejos nos apuntaríamos a más partidas


  3. […] capacidad, nunca se me ha agotado en una partida, ni siquiera en las de 1 día entero (como la de Kabul) . Por cierto, en esa partida, llevaba la batería en la disposición que te muestro, por si te […]



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